Publicado el: 26-Junio-2008
Aquellos esposos trabajaban en la misma empresa. Él se enteró que ella le era infiel con un compañero de trabajo. El esposo envió un correo electrónico con copia a todos los empleados de la empresa exhibiendo las infidelidades de su esposa. Ella mandó otro publicando las deficiencias de su marido. Para todos fue incómodo.
Un muchacho le ruega y le llora en un correo a su amada por una reconciliación. Por error envía el mensaje a todos los contactos.
Aquel señor acostumbraba mandar a sus contactos correos de los denominados “cadenas”, de esos con un contenido filosófico, moral o espiritual. Un día de esos recibió, junto con su lista de contactos, un correo doloroso. El asunto decía: “Déjate amar, papá, ya no me mandes esas chingaderas”. Y el mensaje: “Quién te va a creer a ti algo sobre amar.”
Una novia recibe un correo una semana antes de la boda, en el que su novio le notifica que “no le gusta para madre de sus hijos”. Este medio puede llegar al grado de generar cobardía, cuando se evaden asuntos que deberían enfrentarse cara a cara.
Hace poco salía en la televisión la noticia de una jovencita que se suicidó porque un joven que la cortejaba por Internet empezó a insultarla. Resultó que no era un joven, sino una señora que se hacía pasar por uno, y ahora enfrenta cargos por su responsabilidad.
En épocas pasadas ver una carta ajena constituía una indiscreción. Ahora exhibir lo privado, lo íntimo, constituye una práctica más común. La policía cibernética creada en Coahuila puede ser útil o convertirse en un espía represor.
Si bien el correo electrónico es una herramienta que permite ahorrar gran cantidad de tiempo, su abuso origina una atrofia en la capacidad de relacionarse con humanos. Esta forma de comunicarse y socializar por medio de Internet, por “chat” o “email”, es cada vez mas usada por generaciones nuevas y no tan nuevas. El medio es frío e impersonal, limita el contacto físico, evita el encuentro cara a cara. Por ello, la expresión e interpretación de emociones se ve reducida y se generan analfabetas emocionales.
Las situaciones que se presentan van desde declaraciones amorosas, reclamos, noviazgos, despidos de trabajo, insultos anónimos, fraudes, robo de dinero y de identidad, engaños. Todo ocurre con presionar botones y ver la pantalla de la irrealidad virtual, ¿Llegaremos al punto en que dé miedo recibir algún correo?
jesus50@hotmail.com
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