Publicado el: 09-Julio-2008
“Algo terrible va a pasar en este pueblo”, le advirtió a su hijo mientras servía el desayuno. El hijo se ríe y cuando juega al billar con sus amigos comenta lo que dijo su madre. Los amigos le cuentan a sus familiares, las familias los vecinos; por la tarde todo el pueblo sabe de la premonición y se reúne en la plaza a esperar la desgracia inevitable.
La inquietud es desesperante. Finalmente alguien se decide y abandona el pueblo. Los demás siguen su ejemplo: cargan bártulos y parientes sobre los coches y se escapan. Algunos prenden fuego a sus casas; el incendio se propaga. Cuando la mujer del principio mira hacia atrás y ve las llamas y el humo, le comenta a su hijo: “Te lo dije, te lo dije”. Se llama profecía autorrealizada o auto cumplida a una predicción que, una vez hecha, es en sí misma la causa de que se haga realidad.
Las profecías autorrealizadas abundan en los ámbitos que se sostienen en la creencia, la confianza o la expectativa. En política se aprovecha este hecho y se juega con la percepción de las personas que consideran válidos los juicios emitidos por alguien con poder o autoridad. Debemos pensar si esos juicios son fundados o no, y si están relacionados con el pasado.
Algunas posibles profecías que algunos políticos quieren o provocan que sean autorrealizables: “Subirán los precios,” “X partido ganará todas las diputaciones”, “Saltillo no necesita ciclopistas, no hay quién las use”. “La reforma energética privatiza a Pemex”. “Cada vez que llueve Saltillo se inundará, es la naturaleza y no podemos hacer nada”. “Claro que tenemos temor que un día nos caiga un avión, y más, como se han venido dando los accidentes”.
En la nueva concepción, el lenguaje genera realidad. Es importante darnos cuenta de que cambiar nuestros actos y creencias puede cambiar la realidad y el futuro.
Por ejemplo, reubicar el aeropuerto en Derramadero previene accidentes. En economía: los efectos en la bolsa, cuando hay alarmistas que “predicen” y corren el rumor de que las acciones bajarán, todo el mundo vende y la acción se deprecia... es decir, se consigue el efecto que se predijo. Una profecía que se cumple a sí misma simplemente porque la gente percibió como auténtico un peligro que era falso, y actuó como si fuera real.
En educación: “Aprobaré el examen” o “No soy bueno para las matemáticas”. En un experimento real: A un profesor se le dice qué ciertos alumnos tienen una capacidad más elevada de la media, y que otros tienen una capacidad más limitada que la media. Todo ello es mentira, pero al finalizar el curso, se observa que aquellos alumnos de los que se esperaba un alto rendimiento lo tuvieron, y aquellos de los que se esperaba un bajo rendimiento, lo obtuvieron.
La información falsa llevó a los profesores a crearse unas expectativas más altas de los niños seleccionados y actuar de modo que se favoreciese el rendimiento de éstos.
Las expectativas actúan como profecías que pueden cumplirse en un futuro por el impulso de unas actuaciones cuya finalidad sería que se cumpliesen dichas expectativas. Una expectativa, juicio o creencia sobre el mundo condiciona nuestras decisiones posteriores y la transforma en realidad. Es importante darse cuenta o ser conscientes de las profecías que creamos y que podemos ser presa de ellas, para estar alertas al actuar.
jesus50@hotmail.com
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