miércoles, abril 25, 2007

Vives en el limbo

Segun la teologia cuando un niño se moria sin ser bautizado se iba al limbo. Un lugar en donde no se podia disfrutar plenamente de la alegria de estar con Dios. Era un lugar algo asi como la nada, como vegetar o estar dormido, sin sufrimiento ni gozo, sin pena ni gloria. Pues ahora los teologos tienen la postura de que esto no podia ser posible, que Dios quiere la salvacion para todos. Tambien desde hace tiempo el catecismo menciona el bautizo de sangre que recibe de parte de Cristo quien muere por razon de la fe sin haber sido bautizado. Tambien se salvan las personas que explicitamente desearon el bautismo.

La pregunta es ¿Existio alguna vez el limbo? O este decreto terrenal que lo desaparecio es tan vano como el que lo invento. A ciencia cierta no se sabe si realmente existe o no. Por lo pronto si alguien nos dice vives en el limbo cuando nos atrape distraidos, nos podremos defender diciendo que el limbo ya no existe.
Para los que tachan de intolerante a la Iglesia Catolica, el catecismo de la misma menciona "Todo hombre que, ignorando el Evangelio de Creisto y su Iglesia, busca la verdad y hace la voluntad de Dios según el la conoce, puede ser salvado. Se puede suponer que semejantes personas habrian deseado explicitamente el Bautismo si hubiesen conocido su necesidad. "

Transcribo lo que dijo Mons. George PELL, Arzobispo de Sydney (Australia)

Un deber del obispo es alentar el desarrollo de una esperanza cristiana genuina. Alguien podría decir que hay un silencio considerable y algo de confusión en lo que concierne a esta esperanza cristiana, sobre todo cuando se refiere a las últimas cosas, la muerte y la resurrección, el paraíso y el infierno.

El limbo parece haber desaparecido, el purgatorio se ha deslizado en el limbo, el infierno no se menciona, excepto quizás para los terroristas y criminales infames, mientras el paraíso es el derecho humano final y universal o, quizás, solo un mito consolador.Muchos occidentales son reticentes a aceptar que la verdadera libertad se halla sólo en la verdad y son igualmente reticentes a aceptar a Dios Creador, que exige a la gente que vaya hacia la verdad. Del mismo modo, hay reticencia a aceptar que el mal grave puede ser libremente elegido y que es distinto del fruto de la ignorancia. Pero el 11 de septiembre quizás esté cambiando algo de esto.

La enseñanza cristiana sobre la resurrección del cuerpo y el establecimiento de nuevos paraísos y tierra, la Jerusalén Celestial, es una aserción de los valores comunes de una vida digna, mientras el Juicio Final, la separación del bien del mal, marca el establecimiento de una justicia universal que no se encuentra en esta vida.

Los obispos deben alentar a los poetas, artistas y teólogos para que inflamen la imaginación de las generaciones futuras sobre la consecución de los fines de la esperanza cristiana, como hicieron para las generaciones pasadas dos genios como Dante y Miguel Angel.
T. S. Eliot dijo hace unos cincuenta años: «El problema de la edad moderna no está sólo en la incapacidad de creer ciertas cosas sobre Dios, aquellas en las que nuestros antepasados sí que creían, sino en la incapacidad de tener hacia Dios y hacia el hombre los mismos sentimientos que ellos tenían [the inability to feel towards God and man as they did]» (On Poetry and Poets, London, Faber, 1957, p. 25).

El mismo Benedicto en su enciclica Dios es amor quiere propargar a Dios como realmente bondadoso y no severo o castigador.

Los cierto es que muchos viven aun en el limbo de la indiferencia
En el limbo de los ismos:hedonismo, materialismo, secularismo, relativismo y nihilismo
esta herejia sagrada
esta diversion que aburre
Esta desolación cultural
esta ciencia sin conciencia,
Estos cultos sin rituales
Esta saciedad insatisfecha
Esta anemia religiosa
Este vagabundeo espiritual
Esta era en que vemos un
ECLIPSE TOTAL DE DIOS.

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