Por: Jesús Humberto González de León.
En una entrevista en Venezuela a Sofía Valera, habitante de Petare, un barrio dos veces pobre por ser bastión de Chávez, dijo: Somos Chavistas pero no vamos a votar por el “sí”. - ¿Por qué? -Le pregunta el reportero. -Porque... no le digo, porque tengo miedo, tenemos miedo, no entendemos eso, eso que dice (Chávez). No se puede engañar a todo mundo, ni tratar a los pobres como si fueran ignorantes, tienen dignidad aunque se les quiera comprar con dadivas. Personas como Sofía se dan cuenta cuando les condicionan su libertad y sus gobernantes actúan movidos por intereses de grupo y no por el bien común. Contrasta otra entrevista hecha en el mismo Petare a Yamina Esculona: “En esta reforma se nos toma en cuenta a nosotros el pueblo y no a la gente de la alta sociedad…se nos apoya muchísimo… nos da beneficios a nosotros..” No encuentro un ejemplo mas claro de cómo la izquierda logra engañar a algunos como Yamina, promoviendo una lucha de clases con violencia, de ricos contra pobres. La izquierda coarta la libertad, amenaza con represalias, opresión y perder privilegios de empleo o dadivas, a quien se atreva a la disidencia de opinar en desacuerdo. La paranoia llega al grado de que no se permite ser visto con alguien de la oposición, ya que se considera traición. Lo que ocurren en Venezuela no esta tan alejado de nuestra realidad. Aquellos gobernantes o partidos que por su ambición siembran la cizaña del odio y la violencia entre los mexicanos que no piensan como ellos, caerán victimas de su propia trampa y cosecharan tempestades.
José Saramago, premio Nóbel 98, narra en su novela política: “Ensayo sobre la lucidez” como en una ciudad el 83% de los ciudadanos vota en blanco. De manera similar y paradójica, lo que más le ayudó a la democracia en Venezuela fue que un 40% no votó, en un acto de desacuerdo temeroso. Cuando despertó el pueblo de Venezuela el gorila dictador, caricatura de Fidel, todavía estaba ahí y le aplicaron un “¿Por qué no te callas?” a su reelección indefinida, a su socialismo, a su propiedad comunal y a la expropiación. Chávez seguro estará molesto con todos aquellos que le fallaron en sus cálculos de manipulación demagógica. Giovanni Sartori nos ha advertido del peligro del referéndum: “A mi parecer en México la figura del referéndum, es bastante provocativa y riesgosa, y puede terminar siendo la mejor arma de un presidente populista no sujeto a controles, ya que, en general, la Constitución sigue siendo la misma con la que gobernó un sistema de partido hegemónico en sus mejores momentos, con abusos y excesos.” Además el truco esta en el tema que se pone en la agenda y que no se respeta a la opinión de una minoría. Imagínese a Obrador preguntando en el Zócalo a Su asamblea: ¿Quieren que me reelija?.” –Todos: “Síííí.” La democracia en México es muy incipiente, no hay equilibrio real de poderes en muchos estados, ni autonomía de instituciones. En Venezuela estuvieron a punto de caer en esta trampa. ¿Como llegaron los venezolanos hasta ese punto? Dejándose manipular, por una sumisión modorra y apática que aqueja a muchos. Todavía podemos hacer mucho para mejorar la democracia. jesus50@hotmail.com
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