Publicado el: 15-Agosto-2007 en Vanguardia
El padre de familia dijo: Hijito, ven para acá, vamos a hablar de sexo. Sí, papá, cómo no. Dime ¿qué quieres saber?... “La SEC y el Icojuve repartirán condones entre estudiantes de secundaria para prevenir enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados. La tarea dará inicio una vez que los alumnos regresen a clases el próximo 20 de agosto”. Vanguardia, Mi Ciudad. Como dijo un gobernador: “Nada más falta que les paguemos el six (de cerveza) y el costo del motel”.
Es como repartir filtros de cigarros a los fumadores y pastillas para evitar la cruda a los borrachos: Diviértase, mi hijo, que ahí le va el remedio. Un muchacho que a su corta edad no pensaba tener sexo hasta el matrimonio, al recibir un condón gratuito y el aval implícito de las instituciones encargadas de “educarlo”, quizás se adelante.
Es sabido que en algunos adolescentes existe la precocidad en las relaciones sexuales, actividad que con esta medida no se le considera indeseable, más bien se les tolera o hasta se les promueve.
Los alumnos de secundaria no tienen la madurez sicológica ni afectiva y menos el compromiso, responsabilidad y la unión sentimental que representa el tener sexo. El enfoque está distorsionado. No le corresponde regalar condones a una Secretaría de Educación ni a un Instituto de la Juventud, que deben promover educación en valores como la responsabilidad, el compromiso, la abstinencia y el dominio de sí mismo, formando así el carácter y la voluntad. Regalar condones es una solución simplista a un problema complejo. Como medida preventiva se ve poco eficaz, ya que puede ocasionar promiscuidad, problemas sicológicos y emocionales. Así que, ¿Cómo ves, tía? Como bestia
¿Por qué esa insistencia en separar sexo de amor? No estamos hablando de religión, pero una cosa es que la educación sea laica y otra que se olvide de la moral y reduzca el problema a una cuestión de salud. No sé a quién se le ocurrió la feliz idea, espero que no haya estado bajo los efectos del alcohol. También espero que los condones no sean chinos y de mala calidad como los juguetes de Mattel, porque si es así podrá darse el efecto contrario al buscado: más embarazos no deseados y más enfermedades venéreas. Como nadie dice nada, ni las sociedades de padres de familia, quizás me debo conformar con que no hayan repartido píldoras abortivas.
Si los adolescentes quieren usar el condón, al menos que les cueste, pero por favor, con el dinero de mis impuestos no patrocinen aventuras calenturientas de muchachos de secundaria. Es muy fácil regalar hules de a peso y evitarse todo el trabajo de formar. Deformar personas pareciera ser su trabajo.
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