La corrupción vestida de honradez. Jesús Humberto González de León
Lo normal es lo más raro. Somerset Maugham
Una encuesta hecha por Vanguardia reveló que la mayoría de los cuestionados piensa así: “Los saltillenses son una bola de corruptos, yo no, nunca he participado en un acto de corrupción. Pero tampoco soy muy honesto, no es tan malo comprar una película pirata. Y ya ves, la mordida es necesaria, facilitó las cosas, con el policía y con el aduanal que me pidieron dinero el otro día. Además de nada sirve denunciar, por que ni caso me hacen y luego la agarran contra uno. En el juzgado le pidieron lana a mi compadre para agilizarle su asunto y esos de la Profeco como le ponen gorro a su negocio, tuvo que darles para quitárselos de encima.” ¿Que nos espera como país, estado y ciudad si no solo la corrupción no se combate, sino que se practica y es vista como un mal necesario? Nos espera un mercado ineficaz, negocios e inversiones ahuyentadas, la legitimidad gubernamental socavada. La corrupción genera más corrupción. Si uno no es honesto ¿Cómo le pide al gobierno que lo sea? La corrupción es asunto de todos: gobierno y ciudadanos, también de la empresa que obtiene un contrato a cambio de darle un moche al funcionario. Se requieren dos cómplices, el que ofrece y el que pide, el que da y el que agarra. Uno de los dos tiene que romper el círculo.
Para disuadir la corrupción se requiere un sistema de supervisión apolítico, creíble y que le de confianza al denunciante, que le otorgue un incentivo. Que detecte con rapidez funcionarios corruptos y los pueda sancionar.
Con eso de los sueldazos de los políticos, en vez de que Saltillo sea la mejor capital de México, la frase quedaría así: De México, la que mejora mi capital es Saltillo. Cuando se trata de regular los sueldos desde la Constitución entonces el municipio y el estado si quieren ser muy autónomos. En cuestión de sueldos no hay como el justo medio porque, el que gana poco se excusa en que tiene que compensarlo pidiendo moche y el que gana mas, pues le entra la piiii.. (censurado) ambición y pide mas moche para que valga la pena, por si lo corren. Ya lo dijo Daniel Cosío: la causa de la deshonestidad gubernamental ha sido la inseguridad del hombre que quiere protegerse sin importarle si viola una ley o precepto moral. Tácito lo complemento: “Entre mas numerosas son las leyes mas corrupto es el estado.” Lo normal debe ser la honestidad pero es raro encontrarla. “Un buen político es algo tan impensable como un ladrón honesto.” Un buen gobierno que realmente quiera atacar la corrupción debe hacerla costosa, disuadirla, aislarla, educar en valores, recompensar con incentivos o pensión al que se retire honesto, transparentar, agilizar y simplificar leyes y trámites. Querer es poder. www.chuybeto.blogspot.com
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